El Sarampión
El sarampión es una enfermedad producida por la infección de un virus (mixovirus) que es muy contagioso, y que cursa con un cuadro clínico en tres fases:
- Un período inicial de incubación prácticamente sin síntomas,
- Una fase precoz con enrojecimiento intenso de la mucosa oral y de la garganta y un gran catarro ocular, faringeo y nasal.
- Posteriormente aparece una erupción en la piel en forma de manchas rojas confluentes y diseminadas, tos con fiebre y enrojecimiento de las conjuntivas oculares.
Trasmisión. Causas
La causa del sarampión es un mixovirus del género de los Morbilivirus y de la familia Paramyxoviridae. La infección se transmite por las secreciones nasales y orales o de una persona infectada y la incubación es de 8 a 14 días antes de la aparición de los síntomas. La contagiosidad es alta a partir de un paciente que está en fase inicial, después aunque con menor intensidad, también se eliminan virus del sarampión los primeros 5 días del período exantemático. La transmisión se produce por vía aérea.
La infección puede causar epidemias en los meses de invierno y primavera, no existen diferencias entre sexos.
Una vez pasada la enfermedad se adquiere inmunidad de por vida, la otra forma de generar una inmunidad es someterse a la vacunación del sarampión.
La transmisión del virus del sarampión ocurre por contacto directo o por gotitas infectadas provenientes del enfermo, quien permanece infeccioso tres a cinco días antes de la aparición de las erupciones hasta cuatro días después. El virus penetra en las células epiteliales de la mucosa de las vías respiratorias altas, como la orofaringe o, con menos frecuencia en la conjuntiva de los ojos. El virus llega al tejido linfoide y reticuloendotelial local en menos de 48 horas: amígdalas, adenoides, timo, bazo, etc. y al resto de las vías respiratorias altas, donde se reproduce originando una viremia inicial asintomática durante los primeros 4 días del contagio. Esto es por lo general acompañada de una breve aparición del virus en la sangre. Después de unos 5-7 días hay una segunda viremia, con la consiguiente infección de la piel y las vías respiratorias. Al décimo día del contagio se inicia la respuesta inmune del huésped y la producción del interferón, que disminuyen progresivamente la viremia, y aparece la erupción con el exantema característico y otro síntomas como tos y bronquitis aguda que definen el período exantemático de la enfermedad.
A través de la invasión del virus en los linfocitos T y un aumento de los niveles de sustancias mensajeras como las citoquinas, en particular, interleucina-4, se instala una debilidad inmune temporal del cuerpo. Durante esa fase, de aproximadamente cuatro a seis semanas, pueden aparecer infecciones secundarias.
El organismo se defiende sobre todo con una inmunidad de tipo celular: los linfocitos T citotóxicos y las células asesinas naturales. Los pacientes con inmunidad reducida, sobre la base de un debilitamiento de esta parte del sistema inmune, tienen un alto riesgo de infección por sarampión grave. Sin embargo, se ha demostrado que un sistema inmune debilitado, que abarca el área del sistema inmune humoral y no el celular, no conduce a un mayor riesgo de enfermedad. Con el inicio de las erupciones, aparecen anticuerpos, primero de la clase IgM y posteriormente de la clase IgG.
Síntomas
Los síntomas iniciales son la fiebre elevada durante los 2 primeros días, que desciende hacia el final para volver a ascender al inicio del exantema. Otro de los síntomas más significativos es la aparición de la rinitis y de la conjuntivitis con molestias intensa con la luz, lagrimeo, enrojecimiento de las conjuntivas y a veces secreciones purulentas oculares. Aparece una tos seca e irritativa que puede llegar a producir cuadros de crup sarampionoso.
El aspecto de la cara es característico por los ojos rojos y el hinchazón de párpados.
En esta fase aparece el enrojecimiento de la mucosa oral, con unas manchas características llamadas de Koplik que aparecen en la cara interna de los labios y de las mejillas a nivel de los molares. Tiene un aspecto pequeños granos de sal que se pueden quitar con un depresor de lengua.
A partir del cuarto día vuelve a subir la fiebre y aparece ell exantema maculopapuloso que se inicia en la cara, detrás de las orejas, en las alas de la nariz, alrededor de la boca y en el mentón, en horas se va extendiendo al tronco, y al día siguiente hacia las extremidades. Nunca afecta a las palmas y plantas y si produce intenso picor.
A los 2 a 3 días las manchas se hacen mayores y confluyen, la fiebre remite y el estado general mejora. Al cuarto día del período exantemático empiezan a aclararse las lesiones cutáneas siguiendo la misma secuencia topográfica que durante su instauración y, progresivamente, se produce una descamación fina de la piel.
Diagnóstico
El cuadro clínico es muy claro, y sobre todo que aparece dentro de una epidemia, en la que aparecen varios casos a la vez. Se pueden hacer estudios de laboratorio para comprobar la existencia del virus del sarampión o de anticuerpos antivirus del mismo.
Tratamiento
El sarampión no tiene un tratamiento específico. Se deben tratar los síntomas para aliviar la fiebre y el malestar, se recomienda el reposo, el paracetamol y un ambiente húmedo y escasa luz ambiental por la fotofobia.
Debido a la asociación del sarampión con el síndrome de Reye, se recomienda evitar el ácido acetilsalicílico como tratamiento de la fiebre. Para la tos se puede administrar algún antitusígeno. Para el picor de la piel se pueden aplicar lociones de mentol o de calamina.
Deben administrarse líquidos abundantes, reposo y una alimentación adecuada que ayude al paciente a sentirse mejor. Se recomienda consultar al médico antes de administrar cualquier medicamento.
Pronóstico y Complicaciones
La resolución del cuadro en 2 semanas es lo habitual cuando no aparecen complicaciones.
Las complicaciones del sarampión ocurren fundamentalmente en pacientes no vacunados o con otros problemas asociados.
La neumonía sarampionosa es bastante frecuente llegando al 55% de los casos. Recibe el nombre de neumonía de Hecht o de células gigantes. Se caracteriza por un cuadro de tipo bronquiolítico con distrés respiratorio, que constituye un terreno abonado para la sobreinfección por otros gérmenes.
Otras manifestaciones respiratorias son la otitis media, la mastoiditis, y los cuadros de laringitis con crupp.
La encefalitis aguda postsarampionosa afecta a uno de cada 1.000 casos de sarampión y es producida por acción directa del virus sobre el SNC. La sintomatología aparece durante el período exantemático en forma de convulsiones, somnolencia e irritabilidad.
Prevención
Lo más normal es la aplicación de la vacuna con virus atenuados. La edad de vacunación es a los 15 meses de vida, en la forma de la vacuna triple vírica que incluye simultáneamente la de la rubéola y la de la parotiditis, con revacunación a los 12 años de edad. La vacuna está contraindicada en la mujer embarazada y en los enfermos con alteraciones inmunitarias (inmunodepresión).
¿Quiénes deben vacunarse contra el sarampión cuando surgen casos en la comunidad?
Niños: de 6 a 11 meses con una dosis de vacuna de sarampión-rubéola (doble viral o SR) preliminar haciendo énfasis que se debe de aplicar la dosis del esquema al año de edad; niños de 1 a 6 años que no han sido vacunados debe aplicarse vacuna sarampión-rubéola-parotiditis (Triple Viral o SRP) y a los de 7 a 39 años que no cuenten con antecedente de vacunación a partir del año 2000, se le aplicará sarampión-rubéola (doble viral o SR).