Poliomielitis
La poliomielitis es una enfermedad infecciosa aguda ocasionada por un virus miembro del género Enterovirus de la Familia Picornaviridae conocido como poliovirus. El poliovirus puede atacar el sistema nervioso y destruir las células nerviosas encargadas del control de los músculos.
Como consecuencia, los músculos afectados dejan de cumplir su función y se puede llegar a una parálisis irreversible. En casos severos, la enfermedad puede conducir a la muerte.
La poliomielitis afecta principalmente a niños menores de tres años, pero puede darse en niños mayores e incluso en adultos.
Agente etiológico: el poliovirus es un enterovirus. Se han identificado tres serotipos de poliovirus: tipo 1 (PV1), tipo 2 (PV2), y tipo 3 (PV3). Los tres serotipos son extremadamente virulentos y producen los mismos síntomas de la enfermedad. El PV1 es la forma más común, y la más estrechamente relacionada con los brotes.
Transmisión: la vía fecal-oral es muy común en los países en desarrollo.
La transmisión orofaríngea es frecuente en países industrializados y durante los brotes.
Reservorio: el ser humano es el único reservorio y la infección se transmite de persona a persona.
El período de incubación: desde el momento de exposición al virus hasta la aparición de parálisis es de 7 a 21 días (mínimo de 4 y máximo de 40).
Inmunidad: toda persona no inmunizada es susceptible de contraer la poliomielitis.
No existe tratamiento específico para la poliomielitis. Las medidas de sostén para conservar la vida preservando las funciones vitales constituyen la única forma de atención médica en la fase aguda.
Las medidas preventivas se centran en la aplicación de vacuna. Otras medidas incluyen la sensibilización y captación oportuna de casos, la educación a la población sobre el modo de transmisión y el cumplimiento del esquema de vacunación.
Las medidas de control se centran en la notificación obligatoria a las autoridades de salud, así como la vacunación según esquema regular.
La confirmación diagnóstica se realiza con datos clínicos, epidemiológicos y de laboratorio (detección en materia fecal).
La poliomielitis ha sido durante siglos una importante causa de invalidez y muerte en la infancia, hasta el advenimiento de la vacuna a mediados de la década del 50. En la Región de las Américas, la Comisión Internacional para la Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis certificó la interrupción de la circulación de poliovirus salvaje en el año 1994.
La ausencia de circulación del poliovirus salvaje, sin embargo, no descarta la posibilidad de la reintroducción de este virus a través de un caso importado, por lo que la posibilidad de ocurrencia de un caso de Poliomielitis existe mientras haya países en los cuales el poliovirus salvaje continúa circulando y ocasionando esta enfermedad.
Adicionalmente, la vacuna Sabin es una vacuna a virus atenuados, por lo que estos virus continúan circulando en el ambiente. La atenuación de estos virus se realiza por sucesivos pasajes en células que resultan en una pérdida gradual de su virulencia, lo que los hace capaces de generarles a las personas inmunidad pero no de ocasionarles enfermedad.
Eventualmente, el virus atenuado de la vacuna Sabin puede realizar una mutación y revertir a la neurovirulencia, para lo cual debe infectar a personas susceptibles, es decir, no vacunadas. En contextos de baja cobertura de vacunación con Sabin el número de personas susceptibles puede llegar a ser elevado, brindándole al virus atenuado una mayor posibilidad de infectar a personas susceptibles.
Tanto por el hecho de poderse detectar casos importados de poliomielitis debidos al poliovirus salvaje como por la posibilidad de reversión del virus atenuado de la vacuna Sabin, es necesario realizar una vigilancia activa de la ocurrencia de casos de Parálisis Fláccida Aguda (PFA) en menores de 15 años para descartar que los mismos puedan ser debidos a cualquiera de estas dos situaciones.
Es difícil confirmar la poliomielitis paralítica en la fase aguda sobre la base de los signos y síntomas clínicos solamente, ya que muchas otras enfermedades y trastornos pueden causar síntomas similares. Por lo tanto, la confirmación del laboratorio es indispensable para el diagnóstico definitivo. Las dos enfermedades que se asemejan más con la poliomielitis son el síndrome de Guillain-Barré (SGB) y la mielitis transversa. Otras afecciones con síntomas similares a los de la poliomielitis paralítica son la neuritis traumática, ciertos tumores y, con menos frecuencia, la meningitis/encefalitis y las enfermedades producidas por diversas toxinas.
El poliovirus derivado es un virus Sabin vacunal que ha mutado en más de 1% respecto de la cepa original Sabin (VDPV) y que ha revertido a la neurovirulencia. Se conocen dos tipos de poliovirus derivados de la vacuna: el iVDPV (i de inmunodeficiente), y el cVDPV (c de circulante), que ha sido aislado en brotes y ha mostrado tener las mismas características epidemiológicas y biológicas de los virus salvajes. Se han producido brotes en Egipto, Filipinas, Haití, Madagascar y la República Dominicana. En el año 2000-2001 en Haití y República Dominicana un virus Sabin derivado produjo aproximadamente 21 casos de poliomielitis en los 2 países. El brote terminó después de campañas masivas con vacuna OPV.
Acciones Intensivas
Las estrategias que permitieron la erradicación de la poliomielitis en las Américas son las que hay que sostener para mantener al país libre de la enfermedad. Consisten en alcanzar y mantener altas coberturas de vacunación (mediante jornadas de vacunación si fuera necesario) y, asegurar una vigilancia epidemiológica adecuada.
Información al público
Tanto la autoridad sanitaria como la autoridad política de cada nivel jurisdiccional o local, deben informar por los medios de difusión masivos sobre la situación y las medidas que cada persona debe adoptar:
- La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa causada por tres tipos de poliovirus. El poliovirus es un virus reconocido principalmente por destruir el sistema nervioso causando parálisis. Sin embargo, la mayoría de personas infectadas con polio, no tienen síntomas y algunas tienen síntomas leves. De todas las personas que tienen la infección, el 2% o menos pueden desarrollar una enfermedad paralítica.
- Desde la llegada de la vacuna contra la poliomielitis durante la década de 1960, las infecciones por el poliovirus han sido casi erradicadas. En países pobres, subdesarrollados y que no tienen acceso a la vacuna, la poliomielitis todavía es una preocupación, principalmente para bebés y niños pequeños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa esforzándose por erradicar el virus a nivel mundial.
- La transmisión del poliovirus se produce más frecuentemente por la vía fecal oral. Usualmente ocurre debido al lavado de manos inadecuado o por el consumo de alimentos o agua contaminados. Las secreciones respiratorias también diseminan el poliovirus. Las personas infectadas con el virus pueden excretarlos en sus heces durante varias semanas. Los individuos son más contagiosos inmediatamente antes de que aparezcan los síntomas y poco tiempo después.
- La Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud confirmó la existencia de un PolioVirus Sabin derivado en un niño inmunosuprimido.
- Algunas medidas que todas las personas pueden tomar para reducir el impacto que este caso podría ocasionar en nuestro país incluyen:
- El lavado de manos frecuente con agua y jabón es la medida más importante de Salud Pública.
- La inmunización contra el poliovirus: se recomienda administrar la vacuna contra la polio a las edades siguientes: 2 meses, 4 meses, 6 meses, y dos refuerzos a los 18 meses y a los 6 años.
- Disponer adecuadamente la materia fecal de manera de evitar el posible contacto, sobre todo con niños y ancianos de la casa.
- Potabilizar el agua para consumo.
- Fortalecer las medidas de saneamiento ambiental.
Vacuna contra la poliomielitis:
OPV – Vacuna Antipoliomielítica oral Trivalente (Sabin)
1. Agente inmunizante
La vacuna antipoliomielítica oral (OPV) es una suspensión acuosa de cepas de virus poliomielíticos vivos y atenuados de los tipos I, II y III obtenidas en cultivos de tejidos de riñón de mono o de células di-ploides humanas.
2. Conservación
La vacuna se debe conservar entre 2 y 8º. La vacuna una vez descongelada no debe volver a ser congelada. Cuando se utiliza un frasco multidosis, una vez iniciado su uso, se podrá utilizar por el término de 4 semanas, refrigerado entre 2°C y 8°C en la par te central de la heladera, la que debe tener un sistema de control de temperatura de máxima seguridad. Si es mantenido en conservadora de telgopor con hielo en trabajo de terreno, deberá desecharse después de una jornada de labor por no ofrecer seguridad su conservación.
3. Indicación y edad de vacunación
Programa regular: todos los niños se vacunarán a partir de los 2 meses de vida. No hay un límite máximo de edad para su aplicación, pero de acuerdo a la situación epidemiológica que existe actualmente en el país, se fija como límite los 18 años de edad.
Esquema: se aplicarán 5 dosis, las 3 primeras con un intervalo de 6 a 8 semanas comenzando a partir de los 2 meses de vida; la 4º dosis o 1º refuerzo al año de la 3º dosis (esquema básico); y se aplicará a los 6 años (o ingreso escolar a 1º grado) un 2º refuerzo (esquema completo).
Programa de erradicación: las estrategias implementadas para interrumpir la transmisión del poliovirus salvaje comprenden una alta cobertura de vacunación de rutina con OPV y el establecimiento de un sistema de vigilancia de parálisis aguda fláccida apoyado por una red regional de laboratorios.
La Vacuna Oral contra la Polio NO debe administrarse a los niños que:
- Son inmunosuprimidos
- Toman esteroides a largo plazo.
- Tienen cáncer.
- Tienen infección por VIH o SIDA.
- Tienen alergia a la neomicina, estreptomicina o polimixina B.
Fuente: Programa Nacional de Erradicación de la Poliomielitis. Dirección de Epidemiología. Ministerio de Salud de la Nación.