Guía familiar para un corazón sano (2º parte)
Por Linda Marsa
Leer Guía familiar para un corazón sano - Parte 1
Lo que deben saber las mujeres
Cuando el infarto de Cindy Steger fue diagnosticado al fin, su condición era mala. Sin embargo, tenía algo a su favor: como era una ávida deportista, su cuerpo había ido compensando la obstrucción gradual de sus vasos sanguíneos, desviando la sangre a venas más pequeñas. Esa red vascular “colateral” la salvó cuando un coágulo bloqueó la arteria. “Me dijeron que si mi estilo de vida hubiera sido distinto, no habría sobrevivido”, dijo.
Su historia hace notar los peligros que enfrentan las mujeres. La ignorancia es de los primeros (la de la paciente y a veces también la de los médicos). En angiograma coronario, en el que se inyecta una sustancia de contraste en las arterias para estudiarlas con rayos x, es útil para detectar bloqueos, sobre todo en los hombres, pues éstos suelen desarrollar acumulaciones de placa, pero en las mujeres los bloqueos son más difusos y menos perceptibles, además, sus arterias coronarias son más pequeñas y a veces no se dilatan cuando deberían, restringiendo aún más el flujo sanguíneo. Así que aunque el angiograma de una mujer no detecte nada, si ésta tiene síntomas debería recibir tratamiento.
También hay algunas consideraciones especiales para la mujer saludable que quiere seguir estándolo. Primero, no debe fumar (nadie debería hacerlo, pero el hábito es aún peor para el corazón de las mujeres que para el de los hombres). Y si un chequeo básico deja dudas sobre el nivel de riesgo, la paciente podría hablar con su médico sobre la prueba índice tobillo-braquial.
Por último, si una mujer descubre que está en riesgo, debería consulta a su médico sobre la posibilidad de tomar estatina. No es una decisión fácil; aunque estos populares fármacos han ayudado a millones de hombres con alto riego a detener la acumulación de placa, a disminuir el LDL en un 30-50% y a reducir el peligro de infartos y de muerte, hay pocas evidencias de que beneficien a las mujeres.
Pero la prueba JÚPITER, un estudio a gran escala, podría cambiar opiniones. Con casi 18.000 voluntarios de 26 países, el estudio trató de probar si las estatinas podían ayudar a pacientes con niveles de inflamación altos, aún si los del colesterol eran normales. El resultado: bajar los niveles de una proteína llamada PCR, o proteína C-reactiva, que indica inflamación, parece ser beneficioso para ambos sexos incluso cuando los niveles de colesterol son buenos.
Pero aunque las estatinas redujeron a la mitad el riesgo de padecer males cardiovasculares, sólo se siguió a los voluntarios por un par de años, de modo que no se puede garantizar su seguridad a largo plazo. Hacer ejercicio y seguir una dieta saludable también reduce el colesterol y la PCR.
Lo que deben saber los padres
Cuando Cindy Milelr, de Holly, Michigan, replanteó la dieta y el estilo de vida de su familia, a principios de 2007, la técnica en emergencias de 38 años lo hacía para cuidar su propia salud, pues padecía diabetes tipo 2. Pero el principal beneficiario fue su hijo Austin, que entonces tenía 9 años, medía menos de un metro y medio y ya pesaba 76 kilos. Ahora eso se modificó.
Igual que su familia, Austin cambió las pizzas y los chocolates por una dieta rica en frutas y verduras. Ahora corre y está en un equipo de lucha, y aunque mide 8 centímetros más, pesa 20 kilos menos.
“En la escuela nos hablaban de las opciones saludables, pero a los chicos se les da comida chatarra todo el tiempo”, dice. “No extraño lo que comía antes, y ahora nado y corro más rápido”.
El régimen de Austin puede haberle salvado la vida. Un estudio reveló que las arterias de los niños y los adolescentes obesos se parecen a las de una persona promedio de 45 años. Los chicos con colesterol alto mostraban el mismo problema. “La obesidad en los niños es una bomba de tiempo”, dice Juan Alejos, pediatra especialista en cardiología del Hospital Infantil Mattel de la Universidad de California.
Los nuevos lineamientos de la Academia de Pediatría de los Estados Unidos (AAP, por sus siglas en inglés) dicen que a los niños obesos o con factores de riego, como antecedentes familiares patológicos, se les deben hacer pruebas de colesterol desde los 10 años, y urgen a los médicos a considerar las estatinas para los casos más serios, Las sugerencias causan polémicas, pero la AAP insiste en que su objetivo no es dar fármacos a millones de niños. “Sólo queremos llamar la atención sobre la obesidad juvenil”, dice el Dr. Frank Greer, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin, quién ayudó a escribir los lineamientos. “Los padres deben saber que los malos hábitos de salud pueden llevar a sus hijos a sufrir infartos o apoplejías tempranas”. Los cambios de estilo de vida son la mejor estrategia, agrega. Las estatinas sólo deben ser consideradas para los niños con la peor combinación de factores de riesgo.
Pero auque un niño no tenga sobrepeso, sus padres deben asegurarse de que coma bien y se mantenga activo.
Los afroamericanos tienen el doble de probabilidades que los caucásicos (raza blanca o europea) de sufrir problemas coronarios.
Hay que leer las etiquetas para evitar las grasas trans, cambiar la margarina por el aceite de oliva, bueno para el corazón, comer poca carne roja y evitar los restaurantes de comida rápida.
Qué pruebas hacerse (y otras para considerar)
En los últimos tiempos, han sido noticia pruebas cardiovasculares, como las “fotos” de rayos x computarizadas, que dan imágenes al detalle del corazón y los vasos. Pero los expertos dicen que es mejor comenzar con pruebas sencillas y un historial familiar.
La base
Su médico tomará nota de sus antecedentes familiares. Si su padre desarrolló un mal cardíaco antes de los 55 años, o su madre antes de los 65, su propio riesgo más o menos se duplicará. Los hermanos también cuentan. Si uno de los suyos padece un mal cardíaco prematuro, usted tiene el doble de probabilidades de desarrollarlo. El médico le tomará la presión arterial y analizará sus niveles de glucosa en la sangre, pues la diabetes puede duplicar las posibilidades de padecer males cardíacos. Es necesario que se haga, periódicamente, una prueba de lípidos en la sangre en ayunas para medir los niveles de 3 grasas: el LDL (lipoproteínas de baja densidad), ó colesterol mal, se acumula en las paredes interiores de los vasos sanguíneos y es uno de los ingredientes de la placa que cierra las arterias; el HDL (lipoproteínas de alta densidad) limpia el exceso de colesterol de las arterias y lo envía al hígado para su eliminación, y los triglicéridos, un tipo de grasa, le dan energía, pero también provocan problemas, tal vez porque engrosan las arterias. Todas las medidas son importantes, pero también lo son ciertas combinaciones.
El síndrome metabólico, un trastorno en el que el cuerpo no maneja correctamente la insulina, duplica las probabilidades de un infarto. El diagnóstico se basa en la presencia de 3 de estos factores: obesidad abdominal, triglicéridos altos, HDL bajo, hipertensión y glucosa en la sangre elevadas.
Otras opciones
Si usted no presenta síntomas, es probable que su obra social sólo cubra análisis estándares. Pero aunque se sienta bien, tal vez le preocupen los factores de riesgo, como el colesterol elevado o sus antecedentes familiares. Estas pruebas podrían dar información relevante:
Prueba de la proteína C-reactiva de alta sensibilidad
La PCR es una proteína producida por el hígado en respuesta a la inflamación. Cada vez hay más evidencias de que la inflamación causa tantos problemas cardíacos como el colesterol alto, así que esta prueba sanguínea sencilla y relativamente barata podría convertirse en parte normal de un análisis de riesgo. Más de 3 mg/dl se considera una cifra de alto riesgo, pero otras enfermedades o tener sobrepeso también pueden elevar los niveles.
Índice tobillo-braquial
En esta prueba se toma la presión arterial de su brazo y de su tobillo; si la segunda es considerablemente más baja, las arterias podrían estar bloqueadas. Parece ser muy útil para las mujeres, pues cambia a un porcentaje sustancial de ellas de la categoría de bajo riesgo a una de un riesgo más alto. Cuidado: su costo puede ser elevado; además, no todos los médicos tienen el equipo necesario para hacerla.
La vitamina para el corazón
Un análisis reciente de 1.700 voluntarios sugiere que el simple hecho de recibir suficiente vitamina D podría reducir a la mitad el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. La gente privada de vitamina D tenía el doble de probabilidades de sufrir un infarto en los 2 años siguientes que quienes tenían en la sangre los niveles recomendados. La piel la produce al estar expuesta a la luz solar, pero para aquellos adultos que tienen niveles bajos, muchos científicos recomiendan tomar un suplemento.
Para los niños, se sugieren 400 UI al día tomadas de los alimentos, el sol o suplementos, y hasta 600 UI para los adultos. Hay quienes recomiendan de 800 a 1.000 UI al día.