La pelea por la rentabilidad
La cortina de humo de la suba de precios de los medicamentos oculta que cada vez cierran más farmacias en todo el país .
Mientras muchos se centran en una supuesta suba de precios del 15%, el sector sufre un momento de crisis financiera. En el país, crece la preocupación. En Mendoza ya se habla de un “posible colapso”. En Salta, la Cámara de Farmacias dice que muchos mostradores están cerrando por no poder enfrentar los crecientes gastos. El análisis de los especialistas sobre el momento económico que podría empeorar con la inminente paritaria de empleados del sector.
Por Néstor Caprov
Nadie duda que la inflación es una de las preocupaciones principales de los argentinos. Junto con la inseguridad constituyen un combo que alerta. Con un índice que rondó el 25 % el año pasado, la lucha por no perder la carrera contra las subas es cada vez más tensa. Por eso, en estas horas, la noticia que el gobierno autorizó una suba del 15 % para los medicamentos generó todo tipo de especulaciones.
Para el sector farmacéutico, la medida que es segmentada y estructurada sería en tres etapas y alcanzaría 14.8% promedio para todo el año 2013 cuando la inflación prevista no baja el 30%.
El último aumento se armó de la siguiente manera: el 2.3% para medicamentos masivos (Bayaspirina, Aspirinetas, Ibupirac cápsulas, etc); 4,6% para la familia de los medicamentos selectivos (Dazolín, Desenfriol, Armonil, Yasmin, etc) y por último un 6% de los Premium (Zoloft, Lipitor, Amloc, Tabcin, etc). Ni siquiera esta suba oculta una realidad: la caída vertiginosa de la rentabilidad. El atraso histórico de los precios de los fármacos, el efecto de “caja cero” y los costos cada vez más elevados hacen que la farmacia entre en un camino de difícil salida. En el país, alertan que cada vez hay más cierres de mostradores, lo que fomenta la concentración, haciendo que el negocio sea cada vez menos sustentable.
La crisis que enfrentan las farmacias no es nueva, ya que desde hace años se viene alertando. La encrucijada es imposible: aumento de costos, subas salariales, congelamiento de precios y bonificaciones a las obras sociales insostenibles, que sumados a los medicamentos que fugan de los mostradores de las farmacias hacia canales ilegales de venta, terminan de configurar un panorama preocupante. El mercado de farmacias se va concentrando minuto a minuto en pocos “jugadores” que monopolizan el manejo de los medicamentos sin que nadie lo pueda o lo intente detener. Ante esto, el sector independiente de farmacias es el más castigado, y no son pocos los que denuncian un virtual quiebre del negocio. Así de grave.
Esta realidad se da casi en todo el país. No hay territorio que no sufra las consecuencias de la baja en la rentabilidad. Así, desde Mendoza hablaron de un “posible colapso” en la venta de medicamentos. La advertencia la hizo el vicepresidente del Colegio Farmacéutico provincial Jorge Jackubson, quien le aseguró a un medio local que las farmacias “están viviendo una realidad asfixiante en lo económico”.
Para Jackubson, la agonía financiera está marcada por un esquema que data de 2001, cuando las entidades farmacéuticas resignaron gran parte del honorario profesional con las obras sociales y que en algunos casos llega hasta 60 por ciento. Según Jackubson, los años pasaron, las obras sociales sanearon sus números, pero el esquema de honorarios profesionales se mantuvo en las farmacias. Además, las entidades farmacéuticas deben esperar hasta 5 meses el pago de las prestaciones y soportar las bonificaciones o perdida de la rentabilidad que aplican las obras sociales. "Tenemos casos donde ciertos medicamentos poseen hasta el 100 % de descuento. Las empresas de la seguridad social también ofrecen dadivosamente descuentos en pañales, ofrecen leche y todo lo debemos afrontar las farmacias que ya no poseen espaldas financieras", apuntó Jackubson.
Con pagos atrasados por parte de las obras sociales; y a la vez, retrasos más importantes con las droguerías -(proveedores de la cadena de comercialización)- a las farmacias se les hace más difícil continuar con vida comercial. Desde el Colegio Farmacéutico de Mendoza ya avizoran un futuro plagado de cierres de puntos de venta y por ende un quiebre en la venta de remedios para todos los afiliados a las obras sociales de la provincia. "Va a colapsar la atención de los clientes, con mendocinos reclamando y haciendo colas para que los atiendan y les vendan sus remedios", subrayó Jackubson.
Este panorama sombrío se replica en Salta, por ejemplo. Allí, los avisos de venta de farmacias se multiplicaron en los últimos meses, y fuentes del sector ya hablan de una situación “crítica”. Desde la Cámara de Propietarios de Farmacias se alertó esta semana que ante las exiguas ganancias, no podrán equiparar los salarios a los trabajadores con los de Buenos Aires. Es que las paritarias del sector se convertirían en la gota que desborde la compleja y frágil situación financiera farmacéutica.
En este sentido, el titular de la entidad salteña Francisco Puló advirtió que la situación “es crítica por la escasa rentabilidad, por lo tanto algunas farmacias están en venta y otras cierran”. Desde el lunes los empleados de farmacia se declararon “en estado de alerta y movilización”, porque las Cámaras empresariales no aceptaron el pedido de los trabajadores que esperan alcanzar un aumento del 25 al 30 %, dijo José López secretario general del Sindicato de Empleados de Farmacias, filial Salta. En respuesta al planteo la Cámara de Propietarios de Farmacias alertó que por las “exiguas ganancias, no podrán equiparar los salarios a los trabajadores con los de Buenos Aires”.
Los casos de la Capital Federal y el de la provincia de Buenos Aires donde existe el mayor número de farmacias y farmacéuticos, son más patéticos aún. Una recorrida telefónica por más de treinta farmacias de diversos barrios y localidades de ambos distritos dan cuenta de la angustia de no poder sostener más sus economías.: “trabajamos para pagar la droguería semanal y a veces ni eso podemos”. La concentración que hacen las grandes cadeneras, comprando todos los días una farmacia independiente se vuelve catastrófica. Nadie los detiene ni el estado ni los colegios ni las cámaras de farmacéuticos. Estamos librados a nuestra suerte, a nadie le importa si mañana cerramos las persianas. A nadie. Primero tendremos que despedir a los empleados y si no alcanza cerramos.
Esta situación compleja se completa con un efecto bastante contradictorio, que los especialistas determinan como “caja seca”. Se trata del aumento de medicamentos de cobertura total, que no dejan efectivo en las cajas de las farmacias, apenas un exiguo arancel que en muchos casos (en especial en la Seguridad Social estatal) se paga con un atraso que se hace cuesta arriba poder aguantar para la mayoría de los farmacéuticos. Este nuevo fenómeno termina por poner contra la pared la rentabilidad producto de una insostenible financiación, que ni siquiera una suba de precios como la anunciada por Guillermo Moreno sirve para normalizar. Lo que es peor, a medida que pasa el tiempo ni siquiera podría salvar a la viabilidad de las farmacias con una baja de las “bonificaciones” que se cobran las obras sociales solo por atenderlas. A veces, denuncian los farmacéuticos, eso sería un pequeño calmante que duraría nada. Solo fortalecería la posición de las Megas Farmacias que tienen monopolizado toda la atención de las recetas. Hace falta más cosas que eso y gente que nos represente de verdad, concluyen.
Con estos datos, queda claro que el tema de los precios parece una cortina de humo ante el verdadero problema de los farmacéuticos y de las farmacias: el cada vez más difícil negocio económico del sector. La baja de la rentabilidad, que alcanza niveles históricos, hace necesario en el cortísimo plazo, un PLAN ESTRATÉGICO DE SUPERVIVENCIA que evite el colapso, que arrastrará a todo el sector de los medicamentos, muy castigado por las deudas y dilaciones de las obras sociales, en especial las provinciales. El ejemplo más negro es el IOMA de la provincia de Buenos Aires, que como el MEPES paga a cuenta gotas y a los premios; sin actualizar los montos fijos de precios que le pegan a los farmacéuticos y que cada vez, , encuentran menos farmacias en condiciones de atenderlo. Una situación que terminará afectando a millones de pacientes.
Publicado originalmente en: Mirada Profesional