Ya está disponible en el país un nuevo medicamento antiviral contra la Hepatitis C
BUENOS AIRES, octubre 16: Se trata del boceprevir, un fármaco que acaba de llegar a la Argentina. De la familia de los inhibidores de la proteasa, este medicamento mejora un 25 por ciento el porcentaje de cura de esta enfermedad. En el continente hay de 7 a 9 millones de pacientes con hepatitis C.
Según la campaña “Hepatitis, más cerca de lo que se cree”, lanzada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en julio de este año, sólo en América latina y el caribe hay entre 7 y 9 millones de adultos están infectados con la variante C de la enfermedad, lo que la convierte en una de la preocupaciones sanitarias más grandes de estos momentos. En materia de tratamientos, los denominados inhibidores de la proteasa son los medicamentos que mayor esperanza generan en los especialistas. La Argentina acaba de aprobar un nuevo fármacos de esta especie, que ayuda a mejorar el porcentaje de cura de los pacientes afectados.
Según informaron autoridades sanitarias, el nueva tratamiento contra la hepatitis C permite “ampliar significativamente” el porcentaje de pacientes que alcanza la cura. Se trata del boceprevir, un antiviral de la familia de los inhibidores de la proteasa que está indicado para el tratamiento de hepatitis C crónica. Los datos del tratamiento aseguran que su uso mejora un 25 por ciento los porcentajes de curación.
“Los cambios en el tratamiento de la hepatitis C ocurridos en los últimos años han sido vertiginosos, y es de esperar que la vida media de las novedades vaya a ser cada vez más corta, ya que entramos en una etapa de desarrollo del conocimiento y de las tecnologías tan vertiginosa que al poco tiempo de aprendido el manejo de las nuevas drogas ya van a surgir alternativas que nos obligarán a reentrenarnos nuevamente de manera muy dinámica”, comentó durante la presentación del medicamento Marcelo Silva, jefe de Hepatología y Trasplante Hepático del hospital Universitario Austral.
Es que a diferencia del tratamiento estándar de la hepatitis C, que tiene como finalidad mejorar la respuesta del sistema inmunológico del paciente ante el virus, lo que en muchos casos no resulta efectivo, los inhibidores de la proteasa han sido diseñados para “pegarse” al virus de la hepatitis C, impidiendo su multiplicación. La adición de estos nuevos fármacos a la terapia convencional (ribavirina más interferón pegilado) aumenta las posibilidades de eliminar al virus del cuerpo del paciente.
“La aprobación por parte de la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) del boceprevir, así como también de otro inhibidor de la proteasa del virus de la hepatitis C llamado telaprevir, nos permite contar con una opción de tratamiento muy superior a la convencional, incrementando así la tasa de curación en más de un 25 por ciento de los casos”, dijo Silva.
Un dato importante que señala el especialista es que “la mayor eficiencia en la erradicación definitiva del virus de la hepatitis C de los nuevos fármacos ocurre tanto en los pacientes vírgenes de tratamiento como en aquellos que han fracasado a tratamientos previos”.
Actualmente, el uso de los inhibidores de la proteasa está indicado para los pacientes mayores de 18 años que tienen una infección por el virus de la hepatitis C de genotipo. El genotipo 1 no sólo es la variante más frecuente del virus de la hepatitis C, sino que también es la más difícil de curar con los tratamientos convencionales. En este sentido, para Silva, el futuro del tratamiento de la hepatitis C crónico es muy promisorio: “existen otros fármacos antivirales orales que aún están en fase de desarrollo, los llamados inhibidores de proteasa de segunda generación, que van a ser aún más potentes y fáciles de administrar”.
La hepatitis C crónica es una inflamación del hígado que resulta de la infección por el virus de la hepatitis C. Uno de los problemas para su adecuada atención médica es que muchas personas infectadas no experimentan síntomas durante la fase aguda de la infección, por lo que desconocen que están infectadas. “Se trata de una enfermedad silenciosa hasta que se presentan las complicaciones tardías.
Debemos recordar que la cirrosis por hepatitis C es la causa numero uno de trasplante hepático en el mundo, y que de acuerdo a la región geográfica es la causa número uno o dos de cáncer de hígado”, advirtió Silva.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que 170 millones de personas se encuentran infectadas con el virus de la hepatitis C, lo que representa el 3 por ciento de la población mundial. En Latinoamérica se estima que unos 10 millones de personas están infectadas con este virus que se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada.
“En un estudio publicado por un grupo de investigadores de la región se recabó información epidemiológica de la Argentina, Brasil, México y Puerto Rico, documentándose una prevalencia de infección por hepatitis C en la población general de entre el 1 al 2,3 por ciento. A diferencia de los Estados Unidos, en donde hay un pico de mayor prevalencia alrededor de los 45 años de edad, en la región los picos de mayor prevalencia se dan a los 30 y a los 60 años de edad”, comentó Silva.
Afortunadamente, concluyó el especialista, la disponibilidad de tratamientos cada vez más efectivos contra el virus de la hepatitis C subraya la utilidad del diagnóstico temprano: “El paciente tiene que entender que esta enfermedad silenciosa tarda más de 20 años en progresar a la cirrosis o al cáncer de hígado. Y aunque esto no ocurre en todos los casos, la hepatitis C crónica es la causa número uno de trasplante y de cáncer de hígado en la Argentina. Por lo tanto, el diagnóstico y la consulta a un especialista en enfermedades hepáticas de manera precoz son las mejores herramientas para prevenir su progresión”.