Científicos argentinos buscan desarrollar antibióticos en base a la piel de sapos y ranas
BUENOS AIRES, noviembre 9: Investigadores del CONICET quieren utilizar secreciones de la piel de estos anfibios para desarrollar antibióticos que ataquen virus, bacterias u hongos. Para esto deben aislar un compuesto, los péptidos antimicrobianos, presente en los animales. Podrían lograr un fármaco eficaz contra la Escherichia coli.
No suelen ser los animales más populares, y suelen estar relacionados con lugares poco agradables para visitar. Hasta son, para la literatura infantil, lo contrario a un “príncipe azul”. Pero de avanzar una investigación local, sapos y rana pueden convertirse en amigos muy cercanos de las personas. Es que un grupo de científicos argentinos estudian la posibilidad de crear algunos medicamentos a partir de extractos de la piel de estos anfibios, una iniciativa desarrollada íntegramente en el país. Incluso, podrían servir para curar una grave enfermedad que afecta a niños.
La idea surgió de un grupo de investigadores del Centro Nacional Patagónico, que con el apoyo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) comenzó a trabajar intentando determinar si en las secreciones de los anfibios hay antibióticos que sirvan como base para la preparación de medicamentos que ataquen a los virus, bacterias u hongos que comúnmente afectan a los seres humanos.
A través del estudio de ranas y sapos locales, comenzaron a ver la posibilidad de crear fármacos contra distintas bacterias y virus, entre ellos el que causa la Escherichia coli, una enfermedad muy peligrosa para los niños. “Trabajamos en el aislamiento y la identificación de unos compuestos llamados péptidos antimicrobianos, que están en las pieles de los anfibios”, explicó Mariela Marani, investigadora del CONICET Y directora de este proyecto.
En este sentido, Marani explicó que estos péptidos tienen la capacidad de inhibir o matar ciertos microorganismos. “A nosotros nos interesa identificar aquellos que inhiban a los que afectan a los humanos”, agregó. Los péptidos son cadenas cortas de aminoácidos que pueden ser encontrados en toda la naturaleza, tanto en animales como en vegetales.
Pero en el caso de los anfibios, surgen como una línea de defensa ante los microorganismos externos. Es decir, no es que los sapos o las ranas no se enfermen por ello, pero los péptidos actúan como mecanismo de prevención como lo hace, por ejemplo, la saliva humana. Y ahora es la primera vez que se realiza este informe en anfibios de la región patagónica, considerada una de las que tienen mayor biodiversidad en el planeta.
“Queremos ver qué contienen las secreciones de los anfibios que habitan acá”, dijo Marani. Los primeros estudios tendrán como protagonistas a la Escherichia coli (que provoca infecciones graves, sobre todo en niños) y Staphylococcus aureus (que causa enfermedades de la piel, como la foliculitis y la conjuntivitis).
Según informaron desde este proyecto, la primera etapa intenta identificar los péptidos que puedan utilizarse. En una siguiente fase se cruzarán con bacterias que afectan a las personas. "Todos los días aparecen bacterias cada vez más resistentes por el mal uso de los antibióticos y con el paso de las generaciones estas bacterias se vuelven más resistentes hasta que el antibiótico es ineficaz", dijo Marani. "Es un problema grave que tenemos en la actualidad, porque el tratamiento clínico se ve más complicado. Por eso es importante esta búsqueda constante de nuevas opciones".
No es la primera vez que la piel de ranas y sapos son nombrados como potenciales fuentes de medicamentos o tratamientos para la salud humana.
Científicos en Belfast, Irlanda del Norte, descubrieron un compuesto en la piel de rana que podría utilizarse para tratar decenas de enfermedades, incluido el cáncer.
La rana mono encerada posee dos proteinas que regulan el crecimiento de los vasos sanguíneos.
Se trata de dos proteínas que regulan la forma en que crecen los vasos sanguíneos.
El hallazgo de los investigadores de la Queen's University ganó un reconocimiento en los Premios de Innovación Medical Futures, uno de los galardones más importantes en el campo de la investigación de la salud y ciencias de la vida.
Y según los científicos, el compuesto podría utilizarse en el desarrollo de tratamientos para matar tumores cancerosos.
Tal como explica el profesor Christopher Shaw, de la Escuela de Farmacia de la Queen´s Univeristy, los tumores sólo pueden crecer hasta determinado tamaño y después necesitan desarrollar sus propios vasos sanguíneos para abastecerse de oxigeno y nutrientes y seguir propagándose.
"Si podemos evitar que crezcan los vasos sanguíneos se podrían reducir las probabilidades de que el tumor se propague y eventualmente podríamos matarlo", le señala el científico a la BBC.
Publicado originalmente en Mirada Profesional