Adicción a la comida y berrinches infantiles, nuevos males mentales
BUENOS AIRES: Expertos debaten los cambios de la última versión del manual de psiquiatría más usado del mundo. Mejores diagnósticos vs. abuso de medicación.
Luego de un proceso de revisión de 13 años, en el que participaron más de 1.500 profesionales de la salud mental, el nuevo Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM, por su sigla en inglés), conocido como “biblia” de la psiquiatría, quedó listo para su publicación en mayo próximo Una de las modificaciones más importantes que presenta el manual es que ahora, por primera vez, los psiquiatras reconocen la adicción a la comida como una enfermedad mental real. Comer en forma compulsiva una gran cantidad de alimentos sin tener conciencia de lo que se ingirió es un problema frecuente entre quienes padecen obesidad y precisa un tratamiento psicoterapéutico, según APA.
Otra enfermedad mental reconocida ahora en el DSM-5 es el síndrome de acumulación compulsiva. “Se caracteriza principalmente porque la persona junta objetos en exceso y presenta una gran dificultad para tirar o deshacerse de ellos, ya sea por temor a necesitarlos más adelante o por apego emocional. Pero sin duda el nuevo diagnóstico que despierta más polémica es el de trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo con el cual se diagnosticará a niños que “exhiben episodios frecuentes de irritabilidad y arrebatos de conducta durante tres o más veces a la semana durante más de un año”. Esta definición causó controversia porque podría conducir a la medicación de los berrinches infantiles. “Muchas veces los berrinches persisten después de los dos años, evidenciando formas de crianza o muy laxas o muy rígidas, que en el primer caso no le permitieron adquirir capacidad de frustración, y en el segundo delatan exceso de represión. La propuesta del DSM-5, al convertirla en un trastorno, es nuevamente la administración de psicofármacos, que seguramente, al modo de un chaleco químico, callarán una genuina forma de protesta”, opinó.
Otro de los cambios más importantes que presentará el DSM-5 es que ahora ya no se hablará de autismo, ni síndrome de Asperger, trastorno generalizado del desarrollo o trastorno desintegrativo de la infancia.
Todos estos términos quedarán incluidos dentro del diagnóstico de trastorno del espectro autista “para ayudar de forma más precisa y consistente a diagnosticar a niños con autismo”, afirmó la APA. Aunque especialistas como Morici critican esta medida por ser una forma de “agrupar como trastorno lo que en realidad son expresiones propias de la infancia y formas defensivas de sufrimiento”.
Publicado originalmente en: Perfil.com